Cuando Zabala recién empezaba la carrera de Ingeniería Civil en la UCV, un compañero de estudios, Christopher Mendoza —jugador del UCVRFC—, lo invitó a un entrenamiento de rugby. Él, sintiendo afición por los deportes de contacto, y ya habiendo visto anteriormente partidos de esta disciplina, aceptó la amistosa invitación. Para entonces, contaba con 18 años. Desde ese día juega con el equipo de rugby de la UCV.
Sus padres se aseguraron de que le gustaran los deportes. A lo largo de sus 22 años ha practicado fútbol, natación, tae kwon do, básquet, hockey (cuando vivió en USA) y, por supuesto, rugby.
Zabala es Pilar (#1) de su equipo, posición que le apasiona jugar. La planificación de sus actividades gira en torno a sus estudios y al horario de los entrenamientos y partidos del equipo —cosa que no se le dificulta mucho, ya que siendo cursante del 7mo semestre en la UCV y jugando con el equipo de rugby de la universidad, sus días transcurren, básicamente, dentro de las instalaciones de la misma—. Y es que para Luis el rugby ha sido más que la práctica de un deporte. El rugby ha reforzado los valores que desde temprana edad le enseñaron sus padres. Ha aprendido cuánto valor tienen el compañerismo y la solidaridad.
Ser capitán ha sido un reto para él —debe mencionarse que es un joven callado, tranquilo, un tanto reservado— afrontado con valentía y seguridad; es consciente de que esto le ayudará no sólo en su vida personal sino también, incluso, dentro de su campo laboral, ya que en esta temporada ha aprendido cómo lidiar y liderar a un grupo de personas, cosa que, como ingeniero civil, le corresponderá hacer.
Para Luis, las mejores experiencias son los viajes con el equipo. Recuerda y relata anécdotas de algunos viajes y sonríe sabiendo que son muchos los que le quedan por hacer con el UCVRFC.
Sus amigos no asisten regularmente a sus partidos, cosa sencilla de comprender: con 22 años muchos no planean pasar un sábado en unas gradas, viendo un partido de rugby. Pero a Zabala esto no es algo que le preocupe, sus intereses son otros, sus padres le apoyan —aunque a su mamá a veces le preocupa tanto contacto—, y su novia, Grecica Meléndez, le acompaña a todos los partidos que puede, tratando de abrirse espacio entre sus actividades para poder apoyarle.
Al capitán le encantan los perros y tiene dos en su casa: el cachorro Balú y Zeus —este último fue rescatado de su condición de calle—.
Luis quisiera que mejorara la organización del rugby en nuestro país y que no existiesen los «amiguismos» para escalar posiciones dentro de los equipos; pero no se queda sólo en desearlo, sino que lo trabaja desde su posición de capitán del UCVRFC, con cada uno de los jugadores.
El primer partido que jugó Zabala fue un amistoso entre los mismos jugadores del UCVRFC. Recuerda que lo único que sabía era que debía agarrar el balón y anotar. El resultado: se rompió la nariz, se limpió la sangre y siguió jugando.
Para él, ser ucvista es un sentimiento que no se explica, una experiencia que le ha enseñado mucho y que le ha formado durante estos últimos 4 años. Y el rugby es más que un deporte, algo que no sólo se puede jugar, que se debe sentir. “Quizá cualquier persona pueda jugar rugby, pero no todos sienten el rugby.”
Alexandra Perdomo
Departamento de prensa
Club de Rugby de la UCV (UCVRFC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario